2007-07-19

004

04. Para todo 'pueblo', 'comunidad' o 'grupo' que a sí mismo se diga 'cristiano', hay una referencia básica que como 'cristiano' lo adjetiva: la referencia a un 'Cristo'; y no se suele considerar 'cristiano' propiamente sino a lo que vincule a ese 'Cristo' con 'Jesús de Nazareth'... Lo que lleva de la mano a precisar algunos términos:

Dejando a un lado toda consideración etimológica, puede sin más decirse que 'cristo' significa 'salvador', purificada esta palabra de algunos de sus connotados adherentes:

'Cristo es la solución', se dice a veces; e igualmente podría decirse que 'Cristo es la respuesta'. Lo cual resulta plenamente válido, si no se entiende como proposición (o propuesta) afirmativa, cuyo sujeto fuese un nombre propio ('Cristo') del que se predicase un complemento ('respuesta' o 'solución').

Pienso mucho más bien que en la frase susodicha 'Respuesta' o 'Solución' es el sujeto, y 'cristo' el predicado. Pero no precisamente en la prolación de un juicio afirmativo, sino simplemente en una definición nominal, que no pretende sino indicar alguna sinonimia, y que, por tanto, es susceptible de inversión; de modo tal que lo proferido en las frases anteriores no significa otra cosa que algo así como esto: 'Solución' o 'Respuesta' es otra manera de decir 'Cristo'; o, lo que es lo mismo, 'Cristo' no es sino una palabra dada para nombrar la 'Solución' o 'la Respuesta' (aunque, obviamente, aun denotando unas y otras lo mismo, no hay (o casi no hay) palabras que en sus connotados no diverjan).

Así las cosas (o, más bien, las palabras) entendidas, decir 'Cristo es la Solución' no es ninguna tésera cristiana, sino simplemente el inicio de una posible entrada de un diccionario castellano.

Vale con todo de algo haberlo hecho notar, por dar lugar a una nueva transformación de la pregunta por el 'quién soy yo' planteada antes; pregunta, como se ha hecho ver, que implica la necesidad de hallar suficiencia a mi propia insuficiencia, y que, por tanto, puede considerarse equivalente a una búsqueda de 'cristo' (de 'un cristo' o de 'el cristo', por ahora; volveré en unos renglones al asunto); pregunta que podría expresarse en formas varias, de suyo equivalentes, tales como '¿qué o quién será mi cristo?', '¿dónde lo encontraré?' o '¿por dónde he de buscarlo?, o '¿cómo lo lograré, o haré que mi cristo llegue a ser un cristo mío?'; pregunta a la que, si el bebé pudiera hablar, respondería con sencillez y verdad 'mi cristo es mi mamá', según lo dicho antes.

Mencioné, sin embargo, antes, que lo cristiano es lo que vincula al Cristo con Jesús de Nazareth. Lo cual lleva de nuevo a atender a cuestiones de lenguaje, puesto que, aclarado supuestamente lo de 'cristo', está aún por aclararse lo de 'Jesús de Nazareth'...

Anticipo, por lo pronto, una afirmación central, que, a mi saber, es patrimonio de toda la comunidad cristiana y de toda comunidad cristiana: La de que 'El Cristo es Jesús de Nazareth', o, más propiamente, la de que 'Jesús de Nazareth es el Cristo'.

Mucho podrá estudiarse o discutirse quién es o quién fue Jesús de Nazareth (y aun podría suponerse algún cristiano que llegara a preguntarse si el tal Jesús de Nazareth fue o no fue); pero parece que la afirmación arriba entrecomada es parte fundamental, si no es que 'la' fundamental, de toda persuasión cristiana (es decir: todo cristiano o comunidad cristiana tiene la persuasión, explícita o implícita de que Jesús es (o fue) el Cristo.

Si pretendo desglosar qué entiendo por 'cristiano', me topo con una realidad factual histórica, y, por lo tanto, indefinible fuera de la misma historia: 'Cristiano' es un adjetivo que se aplica a lo que a Cristo se refiere, y 'a Cristo se refiere' lo que a Cristo se refiere.

De muy antiguo el adjetivo 'cristiano' se emplea como nombre propio (como lo atestigua el libro bíblico llamado de los Hechos de los Apóstoles: Hz 11:19-36, refiriéndolo a Antioquía de Orontes, en la Provincia Siria del Imperio Romano de Claudio). Conserva, sin embargo, su fuerza adjetival, y, uniendo ambos sentidos, puede decirse que así 'la comunidad cristiana', como 'cada cristiano', y como todo 'lo cristiano', lo son por hacer alguna referencia al Cristo (convertido así, a su vez, en nombre propio de persona).

Difícilmente puedo avanzar en este esclarecimiento semiológico, y creo puedo acudir a otro contexto para intentarlo:

En una tesis profesional se afirma textualmente que "Nación se llama a la colectividad consciente de sí misma como tal, espontánea y cordialmente solidaria con su totalidad, como también con su común pasado histórico y su proyección hacia el futuro", para continuar en seguida afirmando que "Estado es esa misma colectividad, en cuanto jurídicamente vinculada" y que "Gobierno se llama al apersonamiento del Estado, depositario de su actividad".

Valga analogar de ahí para analogar que "comunidad cristiana" se llama a "la colectividad consciente de sí misma como tal, espontánea y cordialmente solidaria con su totalidad, como también con su común pasado histórico y su proyección hacia el futuro" (y, de paso, que "Iglesia cristiana" es "esa misma colectividad, en cuanto jurídicamente vinculada"; aunque suele entenderse por ella simplemente a su gobierno: 'apersonamiento de la iglesia, depositario de su actividad').

En todo caso, volvemos a lo mismo, que, dicho en pocas palabras, no es sino esto: "no es otra cosa la (o una) comunidad cristiana que aquélla que a sí misma se considera como tal"; lo cual viene de nuevo a decir que no se trata sino de una realidad histórica, "señalable con el dedo" (como dijera un ilustre y ya fallecido profesor de Teología).

Pues bien, esa comunidad así llamada cristiana no se define sino por su referencia histórica al Cristo (nombre propio), desde su persuasión, inconmovible al menos en teoría, de que no hay otro Cristo que Jesús de Nazareth (como en el libro antes citado se atestigua haberlo profesado Pedro ante el pleno del tribunal supremo jerosolimitano: Hz 04:12).

La referencia, pues, cristiana, pese a la derivación semántica del nombre, no es a un cristo (o a 'el cristo'), sino precisamente a Jesús de Nazareth. Con lo que la pregunta se sigue escurriendo, para dar lugar a ésta: "¿Qué o quién es 'Jesús de Nazareth'?".

Dejo a estudiosos o dogmáticos las discusiones e investigaciones, y prefiero de nuevo volver a los terrenos más sencillos y prácticos del lenguaje y de la historia:

Para responderme a la pregunta '¿quién soy yo?' (o para respondernos a la pregunta '¿quiénes somos nosotros?'), es suficiente, al menos por ahora, esta respuesta: "Jesús de Nazareth es el referente histórico de la comunidad cristiana", que ha de entenderse a su vez nominalmente, como una definición de diccionario ("Jesús de Nazareth" es el nombre que se da a aquello a lo que de hecho la comunidad cristiana tiene referencia; eso es lo que significa la expresión entrecomillada "Jesús de Nazareth").

La dicha comunidad, sin embargo, es una realidad múltiple y diferenciada, que, procedente de un pequeño grupo de judíos, y a través de vicisitudes históricas innumerables, es aún hoy, en el año 2006, en algún modo identificable dentro de esta humanidad actual, a la vez interrelacionada y rota.

Y también a ella, a la comunidad cristiana, pueden aplicarse los mismos adjetivos, con poco que se abran los ojos y el entendimiento: "interrelacionada y rota".

Sea lo que sea de ello, sin embargo esta "comunidad" mantiene un "referido" (que resulta a la vez un "relatado") y a ese (o eso) referido se le llama (o se lo llama) 'Jesús de Nazareth'.

¿Será todo esto último un inútil haber dado mucho brinco, estando el suelo tan parejo?

No lo creo. Porque, a fin de cuentas, el hacer Teología es un intentar responderme a una pregunta (¿Quién soy yo?); la cual, como su respuesta única para mí valedera, si bien habrá de surgir de mi suficiencia consciencial, no surgirá de ella sino desde mi propia y muy personal mentalidad, la cual a su vez ha sido cultivada por mi comunidad, en la que, en fin de cuentas (¡y en principio de cuentas!) he creído y a la que me he confiado para satisfacer mi insuficiencia.., como de bebé creí en mi mamá y me confié en ella...

La Teología no será pues, a pesar del origen etimológico del nombre que se da, un 'discurso', un 'razonamiento' o un 'tratado' sobre 'Dios'; sino un inquirirme y responderme acerca de mí mismo (¿quién soy yo?) y acerca de la comunidad cristiana (¿quiénes somos nosotros?), molde en que he fraguado, mar en que he nadado, aire que he respirado, pecho que me ha amamantado, suficiencia insuficiente en la que soy suficiente sin dejar de ser insuficiente...

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